viernes, 14 de diciembre de 2012

Hay situaciones que no van conmigo , para nada, y me siento confundida y no sé si lo estoy haciendo bien. Tener la cabeza a dos cosas nunca ha sido malo, si una de ellas es una función vital. ¿Necesitamos realmente señalar un día para mostrar nuestro afecto? ¿No es preferible acordarte de un ser querido, porque sí, porque lo quieres y no te hace falta marcar un día en concreto? Aunque aquí tenéis una que marca las fechas en el calendario. Después de tantos meses me levanto y aún pienso en la primera vez que te vi sonreír y se me ponen los pelos de punta, desde entonces sabía que algo iba a cambiar. Acababa de amanecer, en un día no concreto en el que podía ser Marzo o Abril . Desde entonces volvia a escribir tus iniciales con los dedos, en el aire, como si de un papel infinito se tratase, esperando a que otra vez, otro amanecer, volvieras a sonreír e inundaras estos días en los que todos son iguales. 
¿Y ahora qué? Sigo con explicaciones que no me piden, y dándole vueltas a treinta mil cosas por segundo. En el fondo sé que tiene razón. Él siempre tiene razón.

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