jueves, 27 de diciembre de 2012

2012 se va para no volver.

Dos mil doce está llegando a su fin. Y con esto llega el tiempo de hacer un balance del año. Un año del que no me puedo quejar la verdad, porque creo que esta vez son las buenas cosas las que pesan más. Sin duda es en estas fechas cuando te paras a pensar y analizas todo lo que te ha pasado este año, tanto lo bueno, como lo no tan bueno. Sinceramente 2012 ha sido un año de cambios, un año de conocer a muchísima gente nueva. He conocido a gente realmente increíble y lo sé porque ahora mismo no me imagino sin aquellas personas que llegaron por casualidad y ahora no las cambiaría por nada del mundo, pequeñas personas que me hicieron fuerte y valerme por mi misma, esas que se ganaron mi confianza día a día y no me dejaron atrás ni un solo día, y me siento increíblemente feliz de tenerlas, tampoco hay que olvidar a aquellas que están todos los años y este no ha sido uno menos y también ha habido personas que me han decepcionado, o quizás era yo, que me espera algo más de ellas. Pero no voy a ser tonta, me voy a quedar con las cosas buenas, aunque es cierto que podría haber sido mucho mejor, pero también mucho peor, ¿no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario