viernes, 25 de mayo de 2012

Si no tiene bien final, es que todavía no ha terminado.

Hay veces que, sin darnos cuenta, nos metemos por caminos que no sabemos si realmente queremos caminar por ellos. Pero ya estamos dentro y no hay nada ni nadie que nos pueda hacer creer que nada a pasado. Estas dentro y algo te empuja a seguir caminando. Cuando te das cuenta que el camino que has escogido puede no resultar el adecuado, temes. Y hay dos cosas que se pueden hacer: continuar y terminar el camino para encontrar alguna salida o darte la vuelta y arrancar por otro camino. Lo único que no te permito que hagas es quedarte parada en la vía. Hacer como que todo esta bien, como que ese camino es el que te regala la verdadera felicidad cuando en realidad, no es lo que quieres. Y te quedas ahí, parada. Sin saber bien lo que hacer. Tu único objetivo es llegar a la puerta azul del laberinto, que te espere abierta, para darte lo que de verdad te hace sentir bien. En cada momento, en cada lugar. No quiero engañarme, no quiero engañaros, solo creo que ya esta bien de seguir callando. Creo que hay que marcarse unos objetivos en la vida y cumplirlos. Siempre a tu manera. Y si no te gusta algo de tu vida, frena, piensa, rectifica y sigue para adelante. No tienes que vivir una vida que no quieras. Sé feliz porque vida, solo tenemos una y nosotros elegimos como vivirla.

Confieso y es cierto que hay días que me siento y pienso que estoy en un agujero que yo misma he cavado y que no voy a poder salir. Me he hecho presa a mi misma y no esta mal. Siempre y cuando el cuento tenga un buen final. Y si no tiene bien final, es que todavía no ha terminado.


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