sábado, 28 de enero de 2012

No soy perfecta , pero tampoco pretendo serlo.

No se a quien intento engañar, bueno, en realidad sí, me intento engañar a mi misma, sí, ¿el por qué? ni idea, tal vez para creer más en mi misma, en mis logros, en lo que soy. Que ya lo sé, que mi vida no es perfecta ni yo soy perfecta, pero es que la perfección no existe. Es un sacacuartos más, nos venden la perfección como mujeres de "90-60-90", rubias, con los dientes perfectamente alineados y brillantes, que tienen un trabajo increíble y se pasean por cualquier sitio sabiendo que cualquier chico que pase a su lado se rendirá a sus pies con un simple "hola" y en hombres con una tableta de chocolate más grande que el chocolate nestle familiar, que posan en calzoncillos, tumbados, sonriendo con su sonrisa happident, que son como la "mahou", donde van, triunfan. ¿Y eso es perfección? ¿Machacarse en un gimnasio, dejarse el sueldo en un dentista y lucir ropa? Pues si eso es perfección, que baje Dios y lo vea, porque ¿qué hay de perfecto en ser lo que quieren que seas y no lo que realmente tú deseas ser?

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